La monición al salmo responsorial hizó un eco del llamado universal a la Salvación y nos invitaba a renovar nuestro compromiso misionero de anunciar"la Buena Noticia" del Amor de DIOS-.
En el momento de las ofrendas las Mamás Catequistas, en actitud de humildad y de entrega, a ejemplo de María entregamos nuestra vida, ilusiones, esperanzas, alegrías, tristezas y todo nuestro ser como mujeres y madres, dando un "si" incondicional, unidas a su hijo, JESUCRISTO.
En el momento de la comunión todas nos hicimos UNO con el Señor que vino a nuestros corazones para fortalecernos y renovarnos, disponiendo nuestra vida al Señor para que Su Presencia y Su compañía no nos falte nunca y podamos transmitirla a quienes nos rodean. Terminamos con el canto,"TE DOY GRACIAS SEÑOR"...
Todas, aún embelezadas por este momento de renovación, de comunión y de entrega, salimos del templo para encaminarnos al Colegio, donde nos esperaban los camiones que nos transportarían a Tequila, Jalisco, un pueblo que se caracteriza por la producción de compañías tequileras, quienes nos ofrecieron un tour para conocer todo el proceso que conlleva la elaboración del tequila, así como la "cata" del vino y otros aspectos de interés como son las tiendas con souvenirs donde pudimos comprar algún recuerdo para obsequiar a nuestro regreso.
Algo gracioso de recordar es cómo el ánimo en algunas catequistas cambió y se hicieron más alegres y cantadoras y, de pronto. se pasó de la euforia a un silencio casi total pues estaban casitodas dormidas. Seguramente fue el efecto de las pequeñas dosis de tequila que fueron ofrecidas para degustar los sabores y calidades del tequila o la tremenda desvelada y bailada del día anterior.
El regreso, con el auxilio y compañía de María, fué sin novedad y pronto llegamos al Colegio en donde ya nos esperaban unas deliciosas"tortas ahogadas" y "tacos dorados" con su col, salsa y cebolla desflemada tan tradicionales y características de este Estado.
Ya un poco presionadas por el tiempo algunas optaron por llevarse su torta para "el camino". Se sentía que faltaban palabras para despedirse, un dejo de nostalgia invadía algunos corazones, pero imperaba la alegría y satisfacción de haber entregado todo el esfuerzo y disposición para hacer de este encuentro "Encasa" un gran acontecimiento en la vida de cada una de nosotras que, renovadas con el espiritu y la presencia de María y Don Bosco, nos llevamos muchos propósitos e ideas, pero lo más importante, nos llevamos renovado el corazón, amparado en el espiritu de Jesucristo y María, quiénes indudablemente tocaron los corazones de todas para hacer de "Encasa2010" un pedacito de vida compartido.